jueves, 17 de marzo de 2011

Tu eres el Resultado de ti Mismo


No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente Tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, el valor de acusarte en el fracaso para volver a
empezar, corrigiéndote.
Nunca te quejes del ambiente o de quienes lo rodean, hay quienes en tu
mismo ambiente supieron vencer, las
circunstancias son buenas o malas
según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio facaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es
tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de Tu dolor, de Tu fracaso.
Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú,  únicamente Tú, nadie pudo haber sido sino Tú.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores,
a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tua problemas, sin alimento, morirán.
Aprende a nacer desde el dolor, y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero  contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque Tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.
Tú eres la parte de la furza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete y triunfarás en la vida. Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.    

1 comentario:

Susana dijo...

No responsabilicemos a otros de
nuestros fracasos y aciertos